Esta mañana, hablando con una buena amiga, me decía lo frustrada que se sentía debido a que, siendo capaz de poner en marcha muchas y variadas acciones, le era prácticamente imposible mantenerlas en el tiempo. Creo que fue Louis-Charles-Alfred de Musset el que dijo algo parecido a "lo realmente importante no es llegar a la cima sino saber mantenerse en ella". Esta frase ilustra muy bien, a mi parecer, el nivel de influencia que tiene la motivación en nuestras acciones. Así como la ilusión nos "motiva", nos empuja a emprender nuevos retos, la rutina, el aburrimiento o la sensación de control nos frena hasta que, en muchos casos, se produce el abandono. Estos ejemplos de posibles variables motivacionales, creo yo, constituyen uno de los puntos fuertes y de las dificultades de la práctica psicológica frente a la farmacología (entiéndase en casos en los que se pueda evitar o sustituir el consumo de fármacos). La motivación se puede definir como el proceso
Muchas mamás y papás me preguntan por el significado de las funciones ejecutivas. Pues ahí va un pequeño resumen: El término funciones ejecutivas hace referencia a procesos tan variados como el establecimiento de metas, la formulación de hipótesis, la planificación, la focalización y mantenimiento de la atención, la generación de estrategias, la monitorización de la conducta, la capacidad de resolución de problemas, la flexibilidad cognitiva, la memoria de trabajo, la inhibición de respuestas o el control de las emociones. Carmen Pumar/Psicóloga Fuente: Papeles del Psicólogo, 2014. Vol. 35(3), 99 215-223
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